martes, 10 de mayo de 2011

LA SEXUALIDAD



La sexualidad es una función del ser humano adulto tan importante como comer o respirar, porque trasciende a la personalidad del individuo al influir en su equilibrio emocional y social. La sexualidad está presente en todas las culturas y etapas de la vida, los seres humanos nacen con un sexo (que lo identifica como masculino o femenino) y viven con él, por eso es importante ver la sexualidad como algo natural.

La sexualidad se define como el conjunto de características de tipo biológico, psicológico y socio-culturales que diferencian a cada individuo ya sea como hombre o como mujer en su grupo social. La sexualidad es parte de la salud y del desarrollo de la personalidad, por lo tanto el hombre y la mujer poseen características sexuales que son naturalmente complementarios.

Dentro de la sexualidad se encuentra el sexo biológico, el sexo social y el sexo psicológico. El Sexo Biológico es aquel que viene determinado desde el momento de la fecundación, o sea, (XX) para la hembra y (XY) para el varón. Mientras el Sexo Psicológico es aquel que el individuo obtiene alrededor de los dos o tres años a través del estado de conciencia, convicción y sentimiento de pertenecer a determinado sexo. Este sexo psicológico lo adquiere imitando a adultos de su mismo sexo, llamado tipificación de sexo.
De acuerdo a los genitales externos, actitudes y conductas, existe el Sexo Social. Este es provocando por los comportamientos esperados gracias a la intervención de la cultura que moldea al individuo para comportarse como hombre y como mujer. Como se puede observar, el individuo nace físicamente con determinado sexo, el cual es descubierto en la primera infancia y es reforzado mas adelante por la misma sociedad a través de conductas esperadas.
La sexualidad en el ser humano no se puede considerar como algo bueno o malo, simplemente como seres vivos se nace con una condición sexual. La unión sexual entre el hombre y la mujer está vinculada al afecto, amor y comunicación, por lo tanto, el beso, las caricias y los abrazos son formas de expresar afecto. Los seres humanos tienen la necesidad de sentir afecto, desean ser queridos y que la expresión de dicho afecto sea por medio de palabras y gestos.
Una sexualidad sana comienza en el hogar. Desde el nacimiento el niño aprende directa e indirectamente de sus padres, de los abrazos entre miembros de la familia, del trato entre los padres, de las conversaciones, reacciones y respuestas a preguntas. Éstas son las bases más sólidas para que el niño o la niña tenga una actitud sexual sana. La falta de información por parte de los padres en relación con el sexo, puede originar en muchos casos, en niños y niñas una actitud de curiosidad que se puede tornar morbosa.

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